Cuando se entrega un yate, los suelos deben tener un aspecto impecable. Lo mismo ocurre con trenes, autobuses y otros vehículos. Las superficies nunca deben dañarse durante el montaje, ya sean valiosos suelos de madera, moquetas nuevas o recubrimientos de vinilo, por eso deben protegerse. Un reto ligeramente distinto, pero no menos importante, son los suelos de las zonas de producción, que suelen estar expuestos a grandes cargas. La abrasión, los arañazos, el polvo y los líquidos dejan marcas incluso en suelos con revestimientos muy resistentes. Por tanto, estos suelos industriales también necesitan una protección especial.
