La fabricación, conversión y procesamiento cada vez más rápidos y eficientes de materiales fílmicos requieren cambios en las materias primas y en los procesos de producción.
Uno de los resultados de esta evolución es el uso de agentes deslizantes de alto desempeño para reducir el coeficiente de fricción (COF) del film y asegurar las características de deslizamiento necesarias en películas como el polipropileno biorientado (BOPP) o los films de polietileno de alta y baja densidad (HDPE/LDPE). Los aditivos deslizantes más comunes son ceras orgánicas como la erucamida y la oleamida.
La fricción superficial se produce entre las capas del propio film o entre el film y los equipos de procesamiento, lo que puede generar inconvenientes durante el bobinado, en la conversión (por ejemplo, en la fabricación de bolsas) o en los procesos de empaque del producto final.
Para permitir procesos de alta velocidad, se agregan agentes deslizantes al polímero durante la extrusión como solución rentable al problema de la fricción.
Sin embargo, el uso de agentes deslizantes en los sustratos fílmicos no solo aporta ventajas. La imprimibilidad del material puede verse afectada, y un rendimiento limitado de las cintas de empalme puede generar una fuerte caída en la eficiencia debido a la reducción de la velocidad de máquina o incluso a roturas del material.
La causa raíz de estos problemas es que los agentes deslizantes migran constantemente hacia la superficie del film. Allí crean una “capa límite” que reduce la humectación de la cinta de empalme. La adhesión insuficiente entre el film y la cinta puede derivar entonces en un empalme fallido.